top of page

Valorar

  • Foto del escritor: Ram Barreda
    Ram Barreda
  • 2 ene
  • 3 Min. de lectura

Hoy quiero expresar desde lo más profundo de mi ser una reflexión que nace de la tristeza: la importancia de valorar a las personas mientras están en nuestra vida y no darlas por sentado. No sé si ya había escrito sobre esto, pero no importa; siento la necesidad de hacerlo de nuevo.

Hoy, alguien a quien di por supuesto que siempre estaría a mi lado, decidió poner su bienestar primero y alejarse de un lugar donde solo hubo malas experiencias. Estas malas experiencias, en gran parte, fueron provocadas por mí, ya que, debido a mi enfermedad, no pude darle el cien por ciento que merecía. Me dejé llevar por la futilidad de los signos zodiacales, hablando de "Virgo y Libra no son compatibles", cuando en realidad son solo excusas. La verdad es que estaba lidiando con mis propios problemas y no supe estar presente como ella necesitaba.

Me doy cuenta de que mi tristeza es, por un lado, un golpe al ego, pero más allá de eso, me duele perder a alguien tan especial. Reflexiono sobre cómo mi narcisismo y egocentrismo me llevaron a creer que, al recuperarme, podría ofrecerle la relación que deseaba. Sin embargo, en mi egoísmo, olvidé el dolor que causé y cómo la hice sentir al desaparecer sin explicaciones.

Este dolor me lleva a cuestionar por qué siempre tengo que perder a alguien para aprender a valorarla. Sé que la extrañaré y hoy me permito sentir ese vacío, deseándole lo mejor a pesar de que ya no estaré a su lado.

Reconozco que hay muchas áreas en las que debo mejorar, y una de ellas es aprender a valorar a mi pareja en el presente, sin darla por sentada. Estoy en un proceso de transformación personal y espiritual, y empiezo a ser más consciente de mis defectos: el egocentrismo, el egoísmo y el narcisismo que me hacían sentir superior y capaz de tener a cualquier persona en cualquier momento. Ahora comprendo que lo más valioso es cuidar, valorar y respetar a quien confía en mí y entrega su corazón, un regalo tan frágil como una caja de cristal.

Me he comportado irresponsablemente, haciendo que alguien que valía la pena perdiera su tiempo conmigo, que no sabía lo que quería. En el fondo, sabía que quería una vida con ella, casarme y formar una familia, pero el miedo al compromiso me llevó a sabotear nuestra relación. Pensé que no estaba listo, cuando en realidad sé que tengo la madurez necesaria.

Hoy asumo la responsabilidad por mis actos, reconozco mis consecuencias y acepto este adiós.


Me aferro a los momentos increíbles que viví con ella, los aprendizajes que me brindó, y la manera en que me amó a pesar de mis errores. Sé que fue alguien a quien quise profundamente y con quien realmente me vi construyendo un futuro. Solo me queda agradecerte por lo increíble que fuiste, por ser quien eres, por tu resiliencia y por haber querido luchar. Te admiro porque, a pesar de todo, nunca fuiste grosera conmigo, incluso cuando te di mil motivos para serlo. Deseo de corazón que encuentres a alguien que cuide, ame y valore tu hermoso corazón, porque mereces eso y mucho más.


Conozco la verdad: si mantengo esta mentalidad, cualquier relación que inicie está destinada al fracaso. Estoy decidido a cambiar, a crecer y a aprender a valorar a quienes llegan a mi vida. Es momento de llorar y reflexionar como nunca antes lo hice. Sé que no es mi última relación ni mi último corazón roto. Ahora toca hacer un análisis profundo, seguir recuperándome y estar listo para cuando llegue esa nueva persona. Debo aprender a valorar a las personas desde el día uno y también a lo largo del tiempo, sin volver a dar nada por sentado.

Entradas recientes

Ver todo

Comentários


bottom of page