MI 2024
- Ram Barreda
- 25 dic 2024
- 5 Min. de lectura
Hoy quiero escribir sobre uno de los años más difíciles de mi vida: el 2024. Fue un año en el que enfrenté de todo: retos, pérdidas de personas que quise y quiero mucho, trabajos, sueños y a mí mismo. También me enfrenté a mí de una manera que nunca había imaginado. Este proceso me llevó a tocar mis fibras más sensibles y a confrontar mis dolores más ocultos, todo con un solo objetivo: recuperarme, volver a mis bases, mis principios y mis creencias.
El 2024, sin duda, sacó lo peor de mí: mi peor versión como persona, hijo, hermano, pareja y amigo. Me hiciste tocar fondo de una forma que nunca imaginé, pero te estás yendo ayudándome, poco a poco, a recuperar a ese Ramsés del que alguna vez estuve orgulloso.
Hoy toca hacer una recapitulación de este año, reflexionando sobre la importancia de estar listo para recibir las bendiciones que Dios nos da. Si no aprovechamos esas oportunidades o no estamos preparados, alguien más las tomará, o nos arrepentiremos de no haberlas aprovechado. Este año fue un período de retos en términos de salud para toda mi familia. Las enfermedades estuvieron a la orden del día, pero gracias a Dios, tuvimos la posibilidad de salir adelante. Sin embargo, cada situación en la que la enfermedad se hizo presente era un recordatorio de lo efímera que es la vida y de la necesidad de valorar nuestra salud. Muchas veces la damos por sentada, y no es así. Si fuéramos más conscientes de que se puede perder todo en un segundo, valoraríamos más lo que tenemos.
A nivel personal, lo que más destaco es la importancia de la salud mental, a menudo tan menospreciada. Este año experimenté que, si mi cabeza no está bien, no hay forma de que mi vida esté bien. Me di cuenta del caos que había en mi mente y en mi corazón. Por querer hacerme el fuerte y vivir de acuerdo con las apariencias, como un buen hombre mexicano que no siente nada y que puede con todo, se me derrumbaron muchos pilares de mi vida. Esto desencadenó en una enfermedad que, sin saber que la tenía, convertía mi día a día en un dolor constante. Hoy, aunque esa enfermedad me hizo tocar fondo, agradezco tenerla y la oportunidad de enfrentarla, pues es lo que hoy me está permitiendo sacar de nuevo lo mejor de mí. Estoy en una transformación espiritual que me encantaría que más personas tuvieran la oportunidad de experimentar, un proceso de reconexión con uno mismo que requiere de una introspección exhaustiva. Es duro, ya que a nadie le gusta ver sus monstruos internos, reconocer nuestros defectos de personalidad y recordar momentos horribles que nos marcaron y que hoy nos hacen quienes somos. Ver a quienes hicimos daño con nuestras acciones y palabras, reconocer que no somos víctimas en esta vida y que tenemos mucha responsabilidad, y luego tener que contarlo a un ser superior, es una experiencia dura y emocionalmente exhaustiva. Sin embargo, una vez que la superas, sientes una liberación en el pecho inexplicable. Sin duda, es de las mejores experiencias de mi vida; hoy estoy en un proceso de autoconocimiento. Sé que no hay nada escrito y lo único que quiero es volver a ser una buena persona.
El 2024 me hiciste vivir en modo piloto automático durante once meses y medio. No quise darme cuenta de lo mal que estaba. Me encerré en mi propio narcisismo y egoísmo, y olvidé lo que es darle el valor que se merece a las personas que tienes en la vida: a mi familia, mi pareja, mis amigos. Tuve que perderlo todo para, por fin, bajarme de ese elevador de la mala vida que solo va hacia abajo, jamás hacia arriba. Gracias a mi familia por estar ahí en mis peores momentos, por no soltarme ni dejar de creer en mí cuando yo ya había dejado de hacerlo. Gracias a esas personas increíbles que llegaron y dijeron las palabras correctas que mi corazón necesitaba escuchar para salvarme, y que hoy siguen diciéndolas cada vez que las necesito oír para recordar que, por más oscuro que se vea el túnel, siempre hay una luz al final. Hoy me aferro más que nunca a la esperanza de un mejor futuro. Soy responsable nuevamente de mis actos y estoy ansioso por comenzar un 2025 con nuevos sueños que cumplir, nuevos objetivos, por retomar mi vida, dejar de vivir en modo stand by y volver a luchar por mis objetivos y mis sueños.
2024, me diste una nueva oportunidad de volver a creer en el amor, y yo, como un ser egoísta que no estaba concentrado en lo realmente importante, la volví a tirar por la borda. Hoy me arrepiento y debo vivir con la consecuencia de mis actos. Sin embargo, te agradezco por ello, ya que hoy soy más consciente de que cualquier relación se puede perder si no la cuidamos, valoramos y respetamos. Me toca ser más consciente de esto y seguir creciendo como persona por si alguna vez se vuelve a presentar la oportunidad de tener una relación con alguien; no cometer esos errores que cometí.
2024, me diste la increíble oportunidad de regresar con mi primer jefe a ese trabajo al que siempre había querido volver. Ha sido un reto increíble volver a una industria que me encanta, pero ahora estoy mucho mejor preparado que en el 2021, cuando me fui. Hoy regreso a la marca con ganas de volverla a posicionar, de trabajar duro para demostrarme a mí mismo que soy un fregón en mi trabajo, poder convertirme en el líder que siempre he querido ser y transmitir mi conocimiento, sea mucho o poco, a las nuevas generaciones.
Este final del 2024 se siente como un final de temporada de serie. Muchos personajes se fueron; unos no sabemos si seguirán en el 2025, llegaron nuevos personajes y se ven nuevos retos en el horizonte. Mi recuperación espiritual va en buen camino; las cosas comienzan a alinearse nuevamente y, en verdad, sé que el 2025 vendrá con muchas bendiciones, retos, sueños y momentos que harán que este año vuelva a ser un año en el que comience a disfrutar las pequeñas cosas, en el que vuelva a estar presente con mi familia y amigos, y si en tus planes está tener una pareja, ahí también estaré presente. Sé que para el 2025 tendré las herramientas necesarias para enfrentar las situaciones que me pongan enfrente. Hoy recuerdo lo resiliente que puedo ser; soy consciente de que no puedo solo y que no está mal ser humilde y pedir ayuda.
2024, gracias por romperme, solo así iba a salir esta versión de mí que soy hoy.
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